jueves, 3 de enero de 2013

Muffins estilo Starbucks

Porque no sólo de cupcakes vive el hombre, también los muffins tienen un huequito en nuestro estómago corazón. Ahora viene la pregunta del millón, ¿qué diferencia hay entre un cupcake y un muffin? Y lo que es más, ¿qué pintan las magdalenas de toda la vida en todo este tinglado? Que no cunda el pánico, la fuente de todo el conocimiento (google) a través de su fiel escudero (wikipedia, ¿quién si no?) tienen respuesta para todo.

La magdalena (del francés madeleine) es un postre tradicional de la región de Lorena (qué de nombres hay en esta definición!), en Francia, que se ha extendido por España e Iberoamérica. Tienen forma de pequeña concha, se suelen hacer en pequeños moldes de papel rizado y tienen un gusto similar al bizcocho aromatizado con limón. No deben confundirse con los muffins (pero no explica por qué, a ver si con los muffins hay más suerte....)

 Aquí unas madeleines, según wikipedia

Un muffin (american-style, que el british-style es una cosa totalmente distinta) es un producto de repostería elaborado con pan dulce y otros ingredientes. Presenta una base cilíndrica y una superficie más ancha, con forma de hongo. La parte de abajo suele estar envuelta con papel especial de repostería o aluminio y aunque su tamaño puede variar presentan un diámetro inferior al de la palma de la mano de una persona adulta (de momento no nos han aclarado gran cosa). El muffin guarda similitudes con la magdalena pero es un alimento distinto (ajajá!) debido a que presenta un sabor menos dulce y guarda otro tipo de elaboración, ingredientes, y sabores de toda clase, tanto dulce como salado. El muffin no debe confundirse con un cupcake (ya estamos otra vez...). 

 Blueberry muffin, el muffin oficial de Minnesota. Cuando averigüe qué demonios es un blueberry en español lo mismo los hago y todo

Un cupcake (literalmente pastel de o en taza) es una pequeña tarta para una persona, frecuentemente cocinada en un molde similar al empleado para hacer magdalenas o muffins (esto último explica el porqué de tanto lío). Es una receta de origen estadounidense, e incluye añadidos como glaseado y virutas.
Los cupcakes de wikipedia no son de los más apetecibles que he visto, pero nadie es perfecto

De paso he aprendido que la versión 1.5 del Android para móviles se llama cupcake, que hay una cárcel con ese nombre, y que hasta hay un reality!! Cupcake wars!! Si es que wikipedia es un pozo sin fondo de sabiduría.

A lo que yo iba... ¿Ha quedado clara la diferencia? Una magdalena es un bizcochito dulce, pequeño y con una receta en concreto, un muffin es la versión salvaje y anárquica de la magdalena: vale cualquier tamaño y sabor (dentro de unos límites razonables), y el cupcake es la versión kawaii de ambos, destilando monez por todo el glaseado. Hoy nos vamos a centrar en los muffins.

Los muffins por excelencia son los del Starbucks, hasta el punto de que estoy casi convencida de que ellos fueron los que introdujeron la palabra en mi vocabulario. Y ahora que estoy tan metida en esto de la repostería, ¿cómo no dedicarles un par de lorzas a ellos? Tras una breve pero exhaustiva búsqueda en internet encontré una receta que nos convenció bastante, es de El mundo de Mapani. Y el primer sábado que tuvimos a la familia para hacer de conejillos de indias (y también para no comernos en casa todos los muffins, que como empiece a comerme todo lo que cocino no voy a entrar por las puertas) aproveché para hacerla, estrenando mis moldes para mega-cupcakes.


Lo que me gustó de esta receta es que lleva 2 masas, la normal típica de muffin y una cobertura crujiente y dulce por arriba que está, ummmmm!

Con estos ingredientes a mi me salieron 6 mega-muffins, así a ojo calculo que de tamaño estándar saldrían el doble.

Para la cobertura:
  • 50 g de harina de repostería
  • 1/2 cucharadita de levadura química
  • 25 g de azúcar
  • 25 g de mantequilla fría 

Para el muffin:
  • 60 g de mantequilla
  • 60 g de azúcar
  • 170 g de leche
  • 2 huevos
  • 1 cucharadita de azúcar vainillado
  • 180 g de harina de repostería
  • 2 cucharaditas de levadura química
  • 1 pellizco de sal

Primero hacemos la cobertura, hay que mezclar todos los ingredientes hasta que nos quede una masa grumosa, con pinta de migas de pan mal mezcladas (en thermomix, 10 segundos, velocidad 6). Si se hace a mano, la mantequilla debería estar cortada en trocitos pequeños. Una vez hecha, se guarda en la nevera hasta que la volvamos a usar.

La otra masa es muy sencillita de hacer, tan sólo hay que mezclarlo todo. A la mantequilla a temperatura ambiente (en la thmx, 2 minutos, 60º, velocidad 2) se le añade el azúcar, la leche los huevos y la vainilla y se mezcla un poco (10 segundos, velocidad 4) y a esta masa se le añade la harina, la levadura y la sal (10 segundos, velocidad 4).

Sólo nos queda el relleno que, como muy sabiamente indica la definición de wikipedia, puede ser prácticamente de cualquier cosa, desde queso hasta la mermelada más empalagosa. Por no innovar demasiado, decidí hacerlos con pepitas de chocolate, pero tuve un pequeño percance... Yo había visto este bote en el Carrefour:


Y sin leerlo demasiado decidí que era precisamente eso lo que necesitaba.

Pues no. De pepitas de chocolate nada. Estas bolitas son de cereal recubierto de chocolate, como bien pone en el bote, y como habría averiguado si me hubiera fijado un poquito. Pero como ya tenía todo preparado me lié la manta a la cabeza y con estas 'pepitas' hice los muffins, previa separación por colores para hacer de chocolate blanco y de chocolate negro.

Separé un poco de la masa para muffins (la de cobertura sigue en la nevera, recordad), mezclé las bolitas blancas y al agujero (previo engrasado). Las bolitas marrones las mezclé con el resto e hice lo mismo. Encima de esta masa va la otra, la de cobertura, así que hay que tener cuidado de no llenar demasiado los moldes, como a unos 2/3 del borde es más que suficiente.

Puse la cobertura encima de la masa de muffins y para rematar, más bolitas de cereal! Hala, ya estaba todo listo para ir al horno, 22 minutos a 180º (minuto arriba o abajo, ya sabéis).


El invento de las bolitas quedó regular. Las de arriba sobrevivieron, pero las de dentro de la masa se fundieron y al ser tan pequeñas y llevar tan poco cantidad de chocolate apenas se notaban, excepto por algún mordisco crujiente de vez en cuando. Pero aparte de ese pequeño detalle, estaban bastante ricos.

Ideales para tomarse uno con un té calentito

 Mi puntuación              

Puntuación de Rubén   

Veredicto: los repetiremos para subir nota, a ser posible con pepitas de chocolate de verdad y no con ese sucedáneo extraño...

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