miércoles, 9 de enero de 2013

Roscón Wars

Hace mucho tiempo, en una Navidad muy muy lejana...

Mi madre siempre ha tenido la ilusión de hacer el roscón de reyes casero pero un año tras otro le quitábamos la idea de la cabeza: 'pero a dónde vas, con lo difícil que es, es mucho mejor comprarlo hecho, horas y horas de trabajo para que al final no salga bien '. Así que para nosotros un roscón era un ser mítico que sólo aparecía durante unos pocos días al año (últimamente cada vez más, que con esto de los roscones de la Almudena casi en octubre te los encuentras) y cuya invocación estaba reservada a unos pocos reposteros elegidos, dignos de veneración.

Total, que este año, con esto de mi reciente afición a la repostería vi un curso de roscones y dije: 'esta es la mía, qué buen regalo de Navidad para mi madre'. La lástima fue que no nos cuadraban las fechas así que yo, que soy una chica de recursos, pensé: 'no pasa nada, como somos más apañás que las pesetas nos ponemos las dos con la maquinita y seguro que algo decente sale'. Y a ello nos pusimos, en el puente de diciembre, por eso de ser un pelín precavidas y no lanzarnos a la aventura el día 5 de enero y dejar a toda la familia hambrienta y ansiosa de roscón mirándonos así:


El plan de dos personas intentando cocinar el mismo plato en un espacio de dimensiones bastante reducidas no es algo muy realista, así que al final acabé haciendo yo el roscón y ella la ensalada César estilo Jamie. La ensalada, exquisita (nota mental: tengo que pedirle la receta) y el roscón no quedó mal, al menos esa es mi opinión. Según la mayoría el roscón era algo espectacular, aunque al ser los catadores todos de la familia hay que darle un pelín de objetividad a la opinión. Pero vamos, el resultado fue lo bastante aceptable como para atreverme a hacer los roscones oficiales de reyes, con un roscón comprado como backup, eso sí, y así aprovechamos para comparar y sacar ideas.

Antes de seguir, quiero aclarar en tres palabras como comemos en casa el roscón: a lo bruto. Según pasan los años nos vamos moderando, que los cuerpos no son los que eran, pero lo nuestro con los roscones ha llegado a tener dimensiones épicas, a razón de medio roscón por persona, sin pestañear.

Así que lo de hacer roscones para la familia es todo un reto, pero yo soy un poco torito... ¿Alguien ha dicho reto? ¿Cómo que no hay huevos? Allá voy!!

Este es mi roscón, lo prometo! ¿A que ha quedado cuco?

Para que me diera tiempo a hacer los 4 que tenía planeados (4 de medio kilo caseros más 1 de kilo comprado, ojo) empecé el día 4 por la noche. Al final el plan sufrió alguna modificación y no pusimos tantísimo roscón, pero nunca está de más empezar con tiempo.

La receta es la del libro de la thermomix, con un par de ligeras modificaciones made in Mar (sí!! yo también puedo inventarme alguna cosa de vez en cuando!!). Por lo que he visto por ahí (me he dedicado a hacer una comparativa de las recetas de los blogueros más relevantes) esta receta es bastante popular. En  webos fritos está muy bien explicada, con video, paso a paso versión tradicional y thermomix y hasta un FAQ. Pero no me enrollo más, al lío. Vamos a necesitar lo siguiente:

Ingredientes para el azúcar aromatizado:
  • 120 g de azúcar (en teoría se pulveriza con la thermomix, yo he usado para una tanda azúcar glass y para otra azúcar normal pulverizado y la textura es muy parecida, por no decir igual).
  • la piel de una naranja (sin lo blanco)
  • la piel de un limón (sin lo blanco)
Ingredientes para la masa madre:
  • 70 g de leche
  • 10 g de levadura de panadería (mejor si es fresca)
  • 1 cucharadita de azúcar
  • 130 g de harina de fuerza
Ingredientes para la masa:
  • 60 g de leche
  • 70 g de mantequilla a temperatura ambiente
  • 2 huevos
  • 15 g de levadura de panadería (la receta original dice 20, pero como los cubitos son de 25 g, reparto 10 y 15 a ojo)
  • 80 g de agua de azahar (la receta original dice 30 g, pero la primera vez se me fue la mano y me gustó cómo quedó, así que modificación al canto).
  • 450 g de harina de fuerza
  • 1 pellizco de sal
Para decorar:
  • 1 huevo batido
  • fruta escarchada
  • almendras laminadas
  • azúcar humedecido
Que no cunda el pánico, es más larga la lista de ingredientes que lo que hay que hacer.

Lo primero que tenemos que hacer es el azúcar aromatizado con las pieles de naranja y limón. Un truco muy bueno que leí no sé dónde para quitar la piel sin llevarse la parte blanca es usar un pelador, el resultado es mucho más fino que con un cuchillo. Me refiero a un chisme de estos:

Una vez conseguidas las pieles (yo prefiero que haya más naranja que limón, cosa que va a pasar en la mayoría de los casos porque las naranjas suelen ser más grandes que los limones, si no es así, tenedlo en cuenta para echar más naranja), lo siguiente que vamos a necesitar es el azúcar glass. Si no tenemos, se puede fabricar fácilmente pulverizando con un molinillo o similar (thermomix, 30 segundos, velocidad 10, máquina seca, ojo!). Se mezcla con las pieles y se vuelve a pulverizar (15 segundos, velocidad 10). Quedará una mezcla así:


Si no se tiene nada para pulverizar, una solución es comprar el azúcar glass y rallar las pieles, y con esto hacer la mezcla.

El siguiente paso es la masa madre. Es muy sencillita de hacer, se disuelve la levadura en la leche templada, se añaden el resto de ingredientes (de los de la masa madre, ojo! no todos!) y se forma una bola (todo junto, 15 segundos, velocidad 4). Dejamos la bola en un recipiente, cubrimos con agua templada y esperamos hasta que doble su tamaño y flote. Normalmente con media horita es más que suficiente.

 Mi masa madre modo iceberg y modo barquito :)

Ahora vamos a por la masa del roscón. Disolvemos el resto de la levadura en la leche templada, tamizamos la harina y mezclamos todo esto con el resto de ingredientes, incluida la masa madre y el azúcar aromatizado. Hay que amasar con las manos aceitadas hasta obtener una mezcla elástica. O con thermomix, todo en el vaso, incluidos azúcar aromatizado y masa madre, 30 segundos, velocidad 6, luego 3 minutos, velocidad espiga. Dejamos la masa hecha una bola, que repose en un sitio cálido (dentro del vaso hasta que desborde por el bocal) hasta que doble su tamaño.

Este es el primer leudado serio y aquí podemos hacer varias cosas, en función de cómo queramos organizar el tiempo. Si dejamos la masa a su aire en un ambiente más o menos cálido, en 2-3 horas estará desbordándose como loca (en muchas recetas pone 5 horas mínimo, a mi no me ha hecho falta tanto tiempo, pero es que mi cocina es una pequeña sucursal del infierno en la tierra). Otra opción, que fue la que usé yo en la primera tanda, es dejar la masa crecer en un lugar frío (la saqué a la terraza). Ingenua de mí, pensaba que el frío de la noche paralizaría totalmente el leudado de la masa, y a la mañana siguiente me encontré con esto:

Nos llegamos a despertar una hora más tarde y nos echa de la casa

Amasamos un poco (1 minuto, velocidad espiga) y formamos una bola que tendrá un aspecto pegajoso:


De esta bola yo saqué 2 roscones (la primera vez sólo uno, pero quedó un super-roscón monstruoso, yo aconsejo hacer 2).

Este punto es otro de los de 'elige una opción'. Podemos seguir con el proceso o guardar la bola para después. O incluso se puede seguir con el proceso con una de las bolas y guardar la otra (eso es lo que hice con mi segunda tanda, dejé la bola número 2 en la nevera hasta el día siguiente y de la bola número 1 saqué un roscón en ese momento). Si queremos guardar la masa, con meterla en una bolsita de plástico bien cerrada y guardarla en la nevera basta. Cuando queramos retomar el proceso con sacarla un rato antes para que se vaya ambientando habrá suficiente.

Si hemos decidido seguir adelante, enharinamos una superficie y damos a la bola forma de roscón. Esto también tiene truco, no se puede hacer un churrito y luego unir los extremos, se hace haciendo un agujero en el centro de la bola y extendiéndolo poco a poco hacia fuera. No pasa nada si queda muy finito y parece un poco churro, que luego crecen.

Dejamos el roscón ya con su formar para el segundo leudado, que será de un par de horas como mucho, hasta que doble su tamaño. Aquí también tenemos la opción de retrasarlo para cuadrar tiempos, metiendolo en la nevera o sacandolo a la calle para que crezca más lentamente. En este caso, se aconseja pintarlo con huevo antes para que no se reseque. Si no, yo prefiero pintarlo y decorarlo una vez haya crecido


Mis dos roscones creciendo en el horno. Es aconsejable buscarse un sitio resguardado.

Pues con todo esto ya casi, casi tenemos el roscón, falta la parte artística del asunto: decorarlos!!! En primer lugar se pintan bien con huevo batido. Truco: si no tenemos pincel siempre podemos recurrir a los dedos, sin complejos!, que no es un trabajo fino. Y después añadimos fruta escarchada (yo la he comprado, pero se puede hacer en casa, eso ya es de matrícula), almendras laminadas (las venden así en  los supermercados normales, y cunden mucho, con una bolsita he hecho 4 roscones inundándolos de almendras) y azúcar humedecido. El azúcar humedecido se hace mezclando azúcar normal (no uséis azúcar glass, que fue lo que hice yo con el roscón paciente 0 y fue un fiasco) con unas gotas de agua, hasta que queden pegotes. Otro truco: en vez de usar agua corriente y moliente, yo he usado agua de azahar para el azúcar humedecido, que le da un toque.

El roscón número 2 decorado. Es un poco irregular porque lo dejé reposar en la rejilla y se fue escurriendo

Y por último, pero no menos importante, el horneado.  Metemos el roscón con el horno previamente calentado a 220ºC durante unos 10 minutos. Pasado este tiempo bajamos a 180ºC y dejamos que se acabe de hacer a esta temperatura. En el caso de mi horno, necesita 10 minutos más, pero en la mayoría de los hornos normales con 7-8 minutos estaría listo.

Importante!! Si hacéis varios, no se os ocurra hornearlos a la vez para ganar tiempo! De uno en uno, y colocando la bandeja en la posición inmediatamente inferior a la central.


Para rellenarlo hay que esperar a que se enfríe un poco, pero tampoco una barbaridad de tiempo como he leído por ahí, a mí con media horita me ha bastado. 

Al final nos comimos los 3 roscones: el pro y los 2 míos, a simple vista no es tan sencillo diferenciarlos, ¿verdad?



Visto lo visto, el año que viene todos correrán de mi cuenta, ya estamos pensando unas cuantas mejoras para el roscón 2.0! Si queréis más detalles, en un año hablamos de tema.

 ¿Qué mejor cierre para esta entrada? :)

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